Hacer caso omiso de la legislación laboral: Las consecuencias

La aerolínea australiana Qantas ha fracasado en su intento ante el Tribunal Supremo de anular una sentencia que declaraba que la compañía había incumplido la Ley de Trabajo Justo de Australia al externalizar ilegalmente 1.700 puestos de trabajo en noviembre de 2020.

Qantas se ha disculpado por despedir a mozos de equipaje y limpiadores en diez aeropuertos y subcontratar mano de obra. Sin embargo, mantiene que el despido, declarado ilegal y confirmado unánimemente por el Tribunal Supremo de Australia, era necesario desde una perspectiva financiera debido a la pandemia.

La Ley australiana de Trabajo Justo garantiza a los trabajadores el derecho a "participar en acciones y negociaciones industriales protegidas", y el tribunal dictaminó que, en este caso, se les había denegado ese derecho. Michael Kaine, secretario nacional del Sindicato de Trabajadores del Transporte, señaló que Qantas era responsable del "mayor despido declarado ilegal" de la historia de Australia, y que los trabajadores pedirían ahora una indemnización considerable en los tribunales.

El caso, que supone una importante victoria para los trabajadores y ha empañado públicamente la reputación de la aerolínea, sirve para poner de relieve la importancia moral y jurídica de respetar las leyes de empleo y despido. Al incumplir deliberadamente la Ley australiana de Trabajo Justo, Qantas no sólo negó a sus empleados los derechos que les corresponden, sino que se expuso a acciones legales y cuantiosas sanciones económicas. Además, la polémica ha hecho que el jefe de Qantas, Alan Joyce, anuncie su marcha de la empresa, y que el Sindicato de Trabajadores del Transporte pida la sustitución de todo el consejo de administración de Qantas.

Cuestión mayor

Este caso concreto de despido ilegal y externalización se refiere al problema más amplio de la clasificación errónea y el incumplimiento de la legislación. Estas prácticas ilegales son relativamente comunes y, tanto si se realizan deliberadamente para recortar gastos y costes, como si se hacen accidentalmente debido a un malentendido de la legislación local, ponen en peligro tanto a las empresas como a sus empleados.

Cuando un empleado es contratado como contratista independiente en lugar de como empleado a tiempo completo, no tiene derecho a los beneficios y protecciones de un empleado a tiempo completo, y es vulnerable a la discriminación y el maltrato. Muchas empresas de alto perfil, como Nike, Uber y Grubhub, se han enfrentado recientemente a sanciones por clasificación errónea, lo que demuestra que incluso los gigantes de la industria no son inmunes a las ramificaciones legales, si se descubre que han infringido la ley.

Del mismo modo, cuando no se respetan los derechos de un empleado, por ejemplo en caso de despido, no sólo se le deja en paro y se le deniega su derecho a la acción sindical y a una indemnización, sino que también se expone a la empresa a acciones legales.

Cuando una empresa toma una decisión que considera económicamente beneficiosa a corto plazo, sin tener en cuenta los aspectos legales y los posibles resultados a largo plazo, se expone a acciones legales, daños a la reputación tanto de la empresa como de los empleados individuales de alto perfil, grandes sanciones económicas y mucho más. A la hora de tomar la decisión de despedir a un trabajador o trabajadores, es fundamental que exista una razón válida para hacerlo y que, en caso de hacerlo, se defiendan y respeten los derechos del trabajador o trabajadores y se sigan todos los procesos adecuados.

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